No hay lugar para los reproches. Estos hombres estuvieron a la altura de las circunstancias. El fútbol es así, se gana y se pierde. Pero si hay que morir, que sea con las botas puestas. Una vez más recuperamos las palabras del poeta para decirles gracias por el fuego.
Terminada la aventura copera y lejos de la punta, sólo queda mirar hacia adelante y pensar en el largo plazo. Hace algo menos de una década, San Lorenzo inició un ciclo coherente, tras la salida de Basile. Tres técnicos se sucedieron en el cargo: Ruggieri, Pellegrini e Insúa. Más allá de la rotación habitual de nuestro fútbol, donde cualquier jugador capaz de tirar dos caños emigra al final del torneo, se formó gracias a la mano de Ruggieri un plantel rico. Durante varios años seguidos, se compitió (aunque con suerte dispar) en sucesivas Libertadores y Mercosur, lo que redundó en una permanente acumulación de experiencia. El resultado fueron tres títulos, uno local y dos internacionales, ya bajo la conducción Pellegrini (Clausura '01 y Mercosur '01) e Insúa (Sudamericana '02).
Esperemos que las internas mencionadas por algunos no destruyan la oportunidad de un proyecto de largo plazo, porque los títulos raras veces son resultados aislados. Nos lo enseña nuestra propia historia. Sin embargo, palabras como estas sugieren una cosa bien distinta: desguace del plantel, segura salida del cuerpo técnico y a empezar de cero. Entonces sí, todo será triste, solitario y final.
(Y no se dan una idea cómo me estoy aguantando las ganas de hablar del ladrón del árbitro, que te deja con 10 en el primer tiempo por... Nada! Pillos, ladronzuelos, meros peones del poder.)
[La pintura, acá]
Terminada la aventura copera y lejos de la punta, sólo queda mirar hacia adelante y pensar en el largo plazo. Hace algo menos de una década, San Lorenzo inició un ciclo coherente, tras la salida de Basile. Tres técnicos se sucedieron en el cargo: Ruggieri, Pellegrini e Insúa. Más allá de la rotación habitual de nuestro fútbol, donde cualquier jugador capaz de tirar dos caños emigra al final del torneo, se formó gracias a la mano de Ruggieri un plantel rico. Durante varios años seguidos, se compitió (aunque con suerte dispar) en sucesivas Libertadores y Mercosur, lo que redundó en una permanente acumulación de experiencia. El resultado fueron tres títulos, uno local y dos internacionales, ya bajo la conducción Pellegrini (Clausura '01 y Mercosur '01) e Insúa (Sudamericana '02).
Esperemos que las internas mencionadas por algunos no destruyan la oportunidad de un proyecto de largo plazo, porque los títulos raras veces son resultados aislados. Nos lo enseña nuestra propia historia. Sin embargo, palabras como estas sugieren una cosa bien distinta: desguace del plantel, segura salida del cuerpo técnico y a empezar de cero. Entonces sí, todo será triste, solitario y final.
(Y no se dan una idea cómo me estoy aguantando las ganas de hablar del ladrón del árbitro, que te deja con 10 en el primer tiempo por... Nada! Pillos, ladronzuelos, meros peones del poder.)
[La pintura, acá]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario