Tras una maratónica sesión (que, como era esperable, ni vimos ni nos interesó ver) el gobierno logró una muy ajustada victoria en la Cámara de Diputados: Por 129 votos a favor, 122 en contra y dos abstenciones, los legisladores aprobaron en general y luego en particular los 26 artículos de la resolución 125 del Ministerio de Economía; acá encuentran una crónica un poco más extensa. Todo se desarrolló más o menos como aquí se anticipó, aunque esa impresión quizás sea resultado de que nosotros también miramos el mundo desde nuestra propia burbuja.
Tal como decíamos por acá, el gobierno contaba con margen para perder algunos votos propios y dejar ausentarse a otros (a sabiendas que para la oposición sería carísimo negar el quorum), sin poner en riesgo el resultado de la votación. Aunque la oposición coqueteo con negar el quorum, pronto descubrió que no contaba con número suficiente para hacerlo y debió bajar al recinto.
A su vez, el oficialismo se vio obligado a hacer concesiones varias a fin de alcanzar al legislador mediano de la Cámara. Tal como decíamos por acá, una predicción basada en racionalidad de corto plazo indicaba que el gobierno se desplazaría hasta aquella oferta que le ayudara a reunir su coalición mínima ganadora.
Sin embargo, ¿sólo hay racionalidades de corto plazo en política? No. El largo plazo existe y desde el gobierno se debió concebir que esta era una partida entre muchas sucesivas que va a tener que disputar en los próximos tres años y medio. Pero por la información que trasciende a través de la prensa, uno intuye que las divisiones al interior del gobierno impiden intentar alcanzar equilibrios que combinen corto y largo plazo. Y, entonces, por sus propias divisiones, el gobierno pierde la oportunidad de usar la arena legislativa para ganar masa crítica.
Ahora el proyecto pasa al Senado, donde el kirchnerismo cuenta también con una mayoría aplastante. Sin embargo, si el paso por Diputados obligó a hacer modificaciones a fin de alcanzar ese legislador mediano, el paso por el Senado puede demandar nuevas transacciones y, en ese caso, el proyecto deberá retornar a la Cámara. El gobierno ganó sólo el partido de ida, pero aún está lejos de imponerse en la serie. Las declaraciones optimistas de la dirigencia rural indica que aún se sienten fuertes y con oportunidades de torcerle el brazo al gobierno.
Tal como decíamos por acá, el gobierno contaba con margen para perder algunos votos propios y dejar ausentarse a otros (a sabiendas que para la oposición sería carísimo negar el quorum), sin poner en riesgo el resultado de la votación. Aunque la oposición coqueteo con negar el quorum, pronto descubrió que no contaba con número suficiente para hacerlo y debió bajar al recinto.
A su vez, el oficialismo se vio obligado a hacer concesiones varias a fin de alcanzar al legislador mediano de la Cámara. Tal como decíamos por acá, una predicción basada en racionalidad de corto plazo indicaba que el gobierno se desplazaría hasta aquella oferta que le ayudara a reunir su coalición mínima ganadora.
Sin embargo, ¿sólo hay racionalidades de corto plazo en política? No. El largo plazo existe y desde el gobierno se debió concebir que esta era una partida entre muchas sucesivas que va a tener que disputar en los próximos tres años y medio. Pero por la información que trasciende a través de la prensa, uno intuye que las divisiones al interior del gobierno impiden intentar alcanzar equilibrios que combinen corto y largo plazo. Y, entonces, por sus propias divisiones, el gobierno pierde la oportunidad de usar la arena legislativa para ganar masa crítica.
Ahora el proyecto pasa al Senado, donde el kirchnerismo cuenta también con una mayoría aplastante. Sin embargo, si el paso por Diputados obligó a hacer modificaciones a fin de alcanzar ese legislador mediano, el paso por el Senado puede demandar nuevas transacciones y, en ese caso, el proyecto deberá retornar a la Cámara. El gobierno ganó sólo el partido de ida, pero aún está lejos de imponerse en la serie. Las declaraciones optimistas de la dirigencia rural indica que aún se sienten fuertes y con oportunidades de torcerle el brazo al gobierno.
1 comentario:
Que amargura la suya Coronel. Acá estamos enfermitos y nos quedamos hasta las 3:30 de la madrugada. Incluso resignamos una ocasional acompañante del otro sexo para escucahr a la gente del SI y a Solá.
Saludos
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