viernes, julio 25, 2008

El Dilema de Messi



La polémica ya está instalada hace días: Barcelona se resiste a que Messi viaje a Beijing para participar de los Juegos Olímpicos, Messi dice que quiere jugarlos, pero viaja a la pretemporada y no hace mucho por cambiar la situación. En eso aparece Diego que, sacando su histórica chapa de caudillo de la selección, tira la declaración que abre el post; nadie duda que Diego ya estaría entrenando a las órdenes de Batista.

Ahora bien, ¿cuál es la racionalidad inserta en la decisión de ir a los Juegos o quedarse haciendo la pretemporada?

Partamos de algunos supuestos. El jugador profesional toma decisiones en su carrera buscando maximizar ingresos y prestigio. En este sentido, los clubes son fuentes de ingresos, a través de pagos directos (salarios, premios, etc.) o de atracción de recursos externos (contratos de publicidad, etc.); y también de prestigio gracias a la conquista de títulos locales e internacionales. Por su parte, las selecciones no son fuentes de ingresos relevantes, aunque quizás son mejores fuentes de prestigio: los grandes nombres del fútbol se tallan brillando en torneos de selecciones. Es decir, en términos relativos, en los clubes se gana más dinero que prestigio y en las selecciones más prestigio que dinero.* El prestigio puede ser fuente de ingresos, porque habrá más clubes interesados en contratar los servicios del futbolista y la mayor demanda aumentará los precios de esos servicios, pero eso sólo ocurrirá en el largo plazo.


Las preferencias de Messi se presentarán entonces tal como se representan en la tabla. Su primer preferencia será no cooperar con Barcelona e ir a los Juegos acrecentando su prestigio como jugador y aumentar sus ingresos como profesional. Sin embargo, eso será posible sólo en el caso que el club opte por no sancionarlo. En el caso que haya una sanción en juego, Messi optará por cooperar con el club y no irá a los Juegos, protegiendo así sus ingresos como profesional. (Que el club lo sancione aún cuando haya cooperado es un escenario sin sentido empírico)

Por su parte, los clubes buscan maximizar su rendimiento deportivo y para eso buscan maximizar el rendimiento de sus futbolistas, porque la producción del conjunto depende (entre otras cosas) del trabajo de sus componentes. Por ese motivo, los clubes tienen poco interés en ver a sus jugadores participando en competencias de selecciones que si bien pueden aumentar la cotización de los bienes del club, es más probable que afecten el rendimiento del equipo: la historia del fútbol seguramente no registra ninguna renuncia de un presidente (o despido de un director deportivo) por vender un jugador en algunos millones menos; pero muchas por performances por debajo de lo esperado.

* *

Ahora bien, los jugadores de esta partida no tienen que mostrar sus cartas simultáneamente, sino que pueden esperar a que el otro juegue: una vez que sea conocida la opción de la contra-parte, resultarán posiciones de equilibrio totalmente diferentes.

Messi negoció durante el verano (europeo) un fuerte aumento salarial, acorde a su nuevo rol de figura excluyente de un equipo en crisis, tras las salidas de Deco, Ronaldinho y Eto'o y la contratación de un técnico sin prestigio. Messi, en este escenario, tiene un gran valor político para la dirigencia de Barcelona pero a su vez el club tenía un gran poder de fuego ante la no-cooperación del jugador: interrumpir las conversaciones y sentarse pacientemente sobre un contrato que expira en 2014 y tiene una cláusula de rescisión de 150 millones de euros. Messi encontraba así agotadas sus opciones de salida y voz; sólo le restaba la tercera opción: lealtad.

Sin embargo, tras la renegociación de su contrato y el arreglo de un nuevo salario (8 millones de euros anuales + premios), la posición de equilibrio es otra diferente, porque el poder relativo del club sobre el jugador se ve sustantivamente modificado: Barcelona no podría desandar el contrato firmado y aplicar sanciones económicas a un jugador convocado a un torneo explícitamente avalado por la FIFA sería legalmente difícil de sostener; además, dañar la imagen del último crack del club afectaría la ya muy débil posición política del presidente Joan Laporta.

* *

Maradona ha leído perfectamente el escenario y, conocedor de los códigos del fútbol, empuja públicamente a Messi a tomar una decisión que, en el actual contexto, es perfectamente racional. Si bien algunos pueden criticar la mirada estática y argumentar que se trata de un típico tit-for-tat, la experiencia enseña que las heridas de la pelea estarán sanadas el día en que el club y el jugador vuelvan a sentarse a la mesa negociadora, en especial si en el medio Barcelona ha logrado algunos éxitos deportivos. En el fútbol, como es bien sabido, todo pasa muy rápido.

Para ponerse la pilcha de caudillo cada tanto hay que patear el tablero.

(*) Por supuesto, el poder relativo del club y selección que se trate modificará la relación dinero-prestigio entre uno y otro. Acá revisamos la relación equipo fuerte (Barcelona) vs. selección fuerte (Argentina); la posición de equilibrio será otra cuando se traté de equipo fuerte vs. selección débil o equipo débil vs. selección fuerte, porque las posibilidades de proveer dinero y prestigio de unos y otros será diferente.

6 comentarios:

Nico dijo...

Buena nota che. Creo que Maradona esta vez tiene razón en cuanto a Messi. La otra duda: ¿No será que Messi no quiere hablar porque le conviene hacerlo así?
Acá llegamos al punto de conocer un poco de su historia, y creer más porque no quiere tomar partido de la situación más que por conveniencia. Espero que pueda jugar, me parece estúpida la actitud del Barcelona de sancionarlo, pero lógica cuidando sus intereses si es que se le fueron todas las estrellitas, cosa de la que no estaba enterado, ya que no lo sigo tanto ahora, aunque tampoco lo hice antes

AD dijo...

amigo me gusto mucho tu nota sobre Messi, yo subi una y te pongo un link a esta.

Saludos

Devo

EL BALON EUROPEO BLOG

Anónimo dijo...

Celebro su análisis; es muy divertido. Sin embargo, no agota las opciones.

Me comentaba el otro día un "soci" del Barça (que votó SÍ en la moción de censura del payaso de Laporta) que el argumento que se impone (hasta ahora) es que "Messi es un jugador frágil que necesita hacer una pretemporada decente, cosa que nunca hizo en su carrera profesional".

Vemos que los años anteriores Messi se lesionó dos o tres veces por año. Se supone que, ahora, está siguiendo una preparación especial para evitarlo.

A mí me parece razonable. Porque, si se lesiona, pierde "salario" (en publicidad) y pierde "prestigio". ¿Para qué arriesgar ambas cosas por ir a una competición de niños imberbes que te cagan a patadas?

Lo único que puede desmontar la ecuación es un elemento irracional (y respetable): el "amor por la camiseta". Este elemento de cálculo es el que siempre privilegió Maradona.

Saludos

(www.caminar.wordpress.com)

Aureliano Buendía dijo...

nickosss: A mi también me gustaría verlo; pero esos son mis gustos y el posteo se trataba de otra cosa.

devo: Gracias!

caminar: ¿Cómo que es divertido? Se suponía que era serio...

En cualquier caso, usted trae un par de puntos relevantes:

a.) es posible que la falta de una buena pretemporada ponga en riesgo ingresos y prestigio; y entonces opte por "cooperar".

b.) es posible que no todos los torneos de selecciones otorguen igual prestigio y los Juegos sean un torneo menor; y nuevamente opte por "cooperar".

Esos dos elementos podrían ayudar a explicar el resultado no esperado del juego.

Princesa Sukimuki dijo...

Coronel,
Muy bueno su análisis. De todas formas en mi blog va a encontrar una respuesta con una variable extra: la FIFA. (quedó en mi blog xq era muy largo para un comentario)

Buen Finde! Beso

Aureliano Buendía dijo...

Princesa: Coincido. Pero como yo veo las cosas, la intervención de la FIFA viene a atar el comportamiento de Barcelona:

a.) obligando a ceder el jugador, amparado en la reglamentación vigente; aún al límite de suspenderlo por el tiempo que dure el torneo si no viaja a Beijing.

b.) haciendo silencio sobre el tema, dando a entender que si el club fuerza al jugador a quedarse no habrá ninguna sanción.

En ese caso, Messi dispondrá de información completa sobre las opciones de la dirigencia, sin pagar ningún costo.

En el fondo, por ese motivo acuerdo con Maradona: una cosa es aversión al riesgo, otra es no tomar ninguno. Tal como se argumenta en el post, la capacidad de sanción del club es mínima si hoy hace su bolsito y se va al aeropuerto.

Ahora bien, todo esto no fue porque la presencia/ausencia de Messi nos quite el sueño. Aunque reconozco que si Boca negaba al muerto de Riquelme no hubiera posteado nada.