sábado, mayo 10, 2008

Vencereis, pero no convencereis



Sábado de lectura de diarios. Transcurre apacible la mañana (que ya no es mañana sino mediodía), hasta que el café se sobresalta. Puede leerse en El País de hoy:

Franco, de seguir así las cosas, será eternamente alcalde de Salamanca. El PP, que gobierna el Ayuntamiento de Salamanca, rechazó ayer en pleno la moción del grupo socialista sobre la retirada a Francisco Franco del título de "alcalde de honor a perpetuidad" de la ciudad -concedido por la corporación en 1964- e igualmente tampoco aceptó revocar la concesión de la primera Medalla de Oro de Salamanca otorgada al dictador en 1948. Los ediles que sostienen al alcalde, Julián Lanzarote, también rechazaron la propuesta de retirar de la plaza Mayor el medallón grabado con la efigie de Franco que se colocó en 1937 en el pabellón dedicado a los reyes.

Una sensación de sudor frío recorre la espalda. Una vez más vemos cómo el franquismo late en el corazón pepeísta. Ese medallón infame, que celebra y conmemora aquellas manos asesinas, parece que seguirá mirando desde su rincón, junto al Ayuntamiento, la más hermosa Plaza Mayor de toda España.

[Foto, acá]

2 comentarios:

Martín dijo...

Coronel, no solo coincidimos ideologicamente en cuanto respecta al futbol (algún día devolveré a tristelme al lugar que merece en el apnteón futbolero, lo tenemos un poco abandonado cuando no jega la celeste y blanca) sino que tenemos con el PP y los titulos a Franco una visión similar.
Me sorprende que siga adelante tanto apego al franquismo y sus simbolos, no por su cercanía ideológica, sino porque representa una reivindicación un tanto arcaica.
Las ideologías sin dudas están vivas en la moderna Europa, al menos en cuanto respecta a la derecha, pero tratan en general de parecer modernas. Modelo Mauri aca en Argentina. No lo veo en su modernismo cerca de la reivindicación de Franco.

Aureliano Buendía dijo...

Martín: Esa es una buena reflexión: ¿por qué en algunos países la derecha se despegó de su pasado autoritario y en otros no? No tengo una respuesta pero, desde la impunidad de un blog, aventuro que eso está en directa relación con la presencia de un legado de orden político y progreso económico.

En casos como el español y el chileno, y quizás también en el brasileño, el régimen autoritario resolvió la demanda de orden de forma duradera (a un costo tolerable); y legó una economía en franco ascenso.

(Antes que me puteen por eso del "costo tolerable", aclaro el comentario: la derecha, o al menos amplios sectores de ella, en ambos países ha considerado que el costo de la represión estuvo justificado por la amenaza anterior; mi juicio sobre tales valoraciones es ya conocido.)

Por el contrario, en nuestro país, los militares resolvieron el problema del orden con un costo que luego de la transición pocos han aceptado como tolerable; y, muy especialmente, porque dejaron una economía al borde del colapso.

Pero es una respuesta muy tentativa. Creo que vale la pena mayor análisis.