miércoles, junio 04, 2008

Guernica

o la naturaleza última del franquismo


Un día como hoy, hace 71 años, Picasso terminó una de sus piezas más memorables. La obra, como es bien sabido, recuerda una de las demostraciones más brutales de la naturaleza criminal del franquismo: la matanza de Guernica. Tras años recorriendo el mundo en su exilio, la pintura regresó a territorio español recién en los tempranos '80, ya reinstaurada la democracia. Aquí copiamos, a manera de recordatorio, esta breve columna de Luis Ini, aparecida en La Nación de hoy.

Guernica, la foto de una matanza sin sentido

El 4 de junio de 1937, Pablo Picasso finalizó el cuadro Guernica, no sólo una de las obras de arte más famosas, sino un inmortal alegato pacifista.

La historia del cuadro tiene que ver con la Guerra Civil Española, que desde 1936 venía enfrentando a los defensores de la República contra los sublevados, en su mayoría militares liderados por Francisco Franco. A fines de abril de 1937, Hitler, aliado de Franco, envió a su aviación a bombardear un poblado vasco, Guernica, sin ningún interés militar ni estratégico. Aunque no hay una cifra oficial, se cree que cientos de civiles murieron allí.

Pocos días después, el gobierno español encargó a Picasso pintar un mural para la Exposición Internacional de las Artes y Técnicas en la Vida Moderna, en el pabellón del país ibérico, que se realizaría en julio en París. El pintor se inspiró en aquel hecho bélico para cumplir el pedido.

A quince días del ataque aéreo, Picasso ya tenía un primer boceto en el galpón parisiense donde trabajaba. Varias decisiones marcaron la obra. Una, el tamaño: 7,8 metros de ancho por 3,5 metros de alto, lo que provocó que el lienzo tuviera que ser colocado ligeramente inclinado sobre una pared, porque tocaba el techo. Otra cuestión fue darle carácter de testimonio fotográfico, similar a las imágenes de los diarios de la época, o sea, en una gama que va del blanco al negro. Se asegura que en cierta ocasión Picasso probó pintar una gota de sangre roja sobre el lienzo, pero terminó por desistir.

Realizado en el estilo cubista que lo caracteriza, la escena es célebre por mostrar seis figuras humanas en dolorosa actitud: cuatro mujeres, una de ellas con un niño muerto en brazos, y un hombre yaciente. Además hay un caballo, un toro y un pájaro. Todas las figuras tienen una síntesis expresiva y están en un ámbito que tanto puede ser exterior como interior.

Luego de la exposición, el cuadro fue exhibido en una gira mundial que llegó hasta Brasil. Picasso decidió que la pieza no fuera a España hasta que un gobierno democrático se estableciera allí. Hasta entonces, el Museo de Arte Moderno neoyorquino lo tendría bajo su tutela. Esa llegada a España fue en 1981.

Hoy está expuesto en una sala especialmente acondicionada del madrileño Museo de Arte Moderno Reina Sofía, donde además se puede ver diversos bocetos y una serie de fotografías, realizadas por Dora Maar, de las distintas etapas del proceso de creación del Guernica.


[La pintura, acá]

1 comentario:

Nicholas Van Orton dijo...

Cuentan que luego del bombardeo y posterior ocupación de la ciudad donde estaba trabajando Picasso, éste se cruzó con unos oficiales nazis. Alguno de ellos, señalando la pintura, le preguntó: "¿Quién hizo eso?"

La respuesta del pintor fue de lo más franca: "Ustedes".

El Guernica tiene un poder impresionante. Y es un clásico, nunca va a pasar de moda (por más Colin Powell que quieran...)

Muy bueno, saludos.