miércoles, junio 11, 2008

Yuyo



La Sala 1 de la Cámara Federal porteña calificó de “inconstitucional” la ley que castiga el cultivo de cannabis sativa para consumo personal y sobreseyó a un hombre que tenía seis plantas en su balcón. Según informaron ayer fuentes judiciales, los camaristas Eduardo Farah y Eduardo Freiler coincidieron con el defensor oficial en destacar que la cosecha de esas plantas no estaba destinada a la venta y se realizaba en el ámbito privado de esa persona. El argumento central del fallo fue el respeto de la acciones privadas que no afectan a terceros y sobre las que la Justicia no tiene jurisdicción, tal como establece el artículo 19 de la Constitución nacional.

El texto citado, que tomamos de Página/12 de hoy, está exactamente en línea con lo que aquí hemos dicho en un post del verano pasado: los jueces no deben ser árbitros de la moral ajena y limitarse, tal como prescribe el mencionado artículo 19, a la esfera pública, donde los intereses de diferentes particulares pueden entrar en conflicto. Celebramos entonces la decisión de una sala que, en un fallo del 22 de abril pasado, ya había declarado inconstitucional penar la tenencia de drogas para consumo personal.

Sin embargo, ¿dónde está la política? En un viejo libro, escrito en defensa de la Revolución Argentina, el juez Julio Oyhanarte describía a los jueces como un estamento conservador por naturaleza. Por ese motivo, llama notablemente la atención que la posición liberal-progresista sea liderada por los jueces. Aún cuando la relación entre libertad y poder, tanto desde la izquierda como desde la derecha, puede ser abordada en un sentido liberal, no existen movimientos visibles en favor de la construcción de una agenda sobre el tema, de discursos y sentidos comunes alternativos, en romper los canones de una sociedad pacata legitimando el derecho de cada uno a ser libre, a hacer lo que quiera con su cuerpo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Julio Oyhanarte. Memento Mori Coronel!

Escribo esto en solidaridad con unos compañeros fumancheros que a las 6:55 de la mañana le dan duro en el patio de Filo. :P. Nunca me convidó nada nadie, no sé si será por tener cara de ortiba o de gil... o un poco de las dos. En fin.

Es inconcebible esta reiterada política de violación de las libertades individuales. El daño que puede causar todo el ninguneo del sistema de libertades individuales no es un riesgo menor que el problema social de la drogadicción. Todas las cuestiones deben encararse sin cede ningún espacio en el terreno de la libertad individual y la inviolabilidad del domicilio, si no se desea echar por tierra(iba a poner a la m...) todo el sistema institucional cada vez que un problema social se torna crítico.

Por otra parte, la idea de penar al consumidor para así arribar al vendedor, responde a una estructura de hábitos autoritarios no menos grave que el consumo prolongado de estupefacientes. Además de que no cumple con su "función" ya que, en vez de desincentivar al consumidor, lo estigmatiza gravemente, sedimentando fábulas autoritarias en els eno de la sociedad.

Recuerdo que en el libro "Hacer la Corte" Horacio Verbitsky recordaba que la primera causa de muerte en la Argentina son los accidentes de tránsito no obstante a nadie se le ocurría prohibir los autos. Además, estos casos iban a un simple juzgado correcional mientras que un perejil con un cigarrillo de marihuana es enviado a la justicia federal.

Saludos Coronel