lunes, septiembre 03, 2007

Breve nota sobre las elecciones santafecinas

El posteo de ayer lo decía bien clarito: las elecciones de este año van de camino a convertirse en las más aburridas desde la restauración democrática para acá, por lo menos en lo que se refiere a la incertidumbre sobre eventuales ganadores. Y las elecciones provinciales de ayer, si bien ocurrieron en dos de los tres distritos más importantes del país, nada cambiaron en el panorama nacional.

Ahora bien, la victoria de Hermes Binner en Santa Fe, si bien no modifica nada el tablero nacional, deja una lección para todos aquellos que en los últimos días, de forma más o menos velada, rompieron algunas lanzas en favor del oportunismo electoral.

La carrera de Binner a la gobernación santafecina fue cualquier cosa menos producto de la fortuna: dos veces intendente de Rosario, perdió la anterior elección a gobernador por las ventajas estratégicas que el Doble Voto Simultáneo (conocido como Ley de Lemas) le daba a un extendido y aceitado aparato como el peronista santafecino. Sin embargo, no claudicó ni, lo que es más relevantes en estos días de extrañas alquimias, recurrió a alianzas inconsistentes presa de la desesperación. Desde la banca de diputado que ocupó desde 2005 siguió tejiendo, con coherencia, su base política porque el poder no se toma, sino que se construye.

Con esto el Coronel no quiere volver al viejo lugar común de que es importante construir con metas de largo plazo y trivialidades semejantes de señoras bien que son capaces de decir que si viene el comunismo, yo me voy al campo.

La reflexión viene por otro lado: a.) la coherencia programática hace más creíbles y sólidos los liderazgos políticos, mientras que coaligarse sólo para arrimar un poco el bochín no hace más que confirmar la suposición popular que reza que estos tipos hacen cualquier cosa por quedarse; y b.) la construcción política lenta permite el establecimiento de bases más sólidas al momento de gobernar. El Coronel lo viene diciendo hace tiempo, pero nadie le presta mucha atención: el camino recorrido para llegar condiciona qué se puede hacer una vez que uno ha llegado.

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