lunes, septiembre 03, 2007

Sobre los confines del progresismo

Tal como se puede leer en El País, el gobierno socialista español lleva dos meses trabajando en un protocolo para unificar las directivas del Consejo de Europa y las normas españolas que hasta ahora se aplicaban en materia de repatriación de inmigrantes sin papeles, que no significa otra cosa que expulsar eficaz y celeramente a seres humanos demasiado oscuros como para vivir en suelo europeo.

Los sin papeles que sean expulsados en aviones podrán ser vestidos con camisas de fuerza y chichoneras para evitar que se autolesionen para impedir su repatriación. El Ministerio del Interior ha elaborado un protocolo de normas de seguridad para las repatriaciones, que regula qué pueden hacer o no los policías que custodian a los expulsados. No podrán, por ejemplo, drogarles ni hacer uso de medidas coercitivas que puedan comprometer "las funciones vitales del repatriado". El objetivo es evitar casos como el de Osamuyia Aikpitanhi, que en junio falleció maniatado y amordazado en un vuelo de repatriación.

La verdad que si esto es progresismo, hasta Aldo Rico, si uno lo mira con un poco de cariño, es progre.

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