Posteo muy breve sobre la situación en Bolivia. Cuando hace más de tres años vi este artículo de Mark Falcoff pensé que se trataba de una exageración tremendista. Sin embrgo, ayer, cuando leía las noticias en diarios online, me vino a la memoria este artículo que ya no recordaba, de hecho me tomó algunos minutos recordar quién era el autor. Después escribí a un amigo boliviano, que desde hace dos años se desempeñaba como funcionario de segunda línea en el gobierno de Evo; un par de horas más tarde, me respondió que había renunciado hace unos días, dado el nivel de violencia (real y simbólica) imperante.
Más allá de los argumentos de Falcoff, no cabe duda que en estos días la pregunta no es ya exagerada, sino incómoda, quizás dolorosa.
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