Estoy de acuerdo con que el caso de la (ya famosísima) valija del Mr. Antonini Wilson es un tema insignificante. Digamos, un aporte (turbio o transparente, poco importa) de unos 800 mil dólares en una campaña nacional es muy poca cosa.
Por otra parte, se puede observar un notable doble standard al hablar del asunto. Numerosas organizaciones extrnajeras hacen regulares y sustantivos aportes a los partidos locales, no sólo en Argentina sino en toda la región, aunque por supuesto (ay!) de forma bastante más transparente. Y yo no vi a nadie que se rasgue las vestiduras por recibir aportes de la Konrad Adenauer o la Friederich Ebert.
Pero decir que esto es una gran conspiración internacional, que a la valija se la plantaron a CFK en la campaña o que hay "muchos indicios" de que Mr. Antonini Wilson es un agente de la CIA ya es mucho. Se me ocurre que hay muchos más indicios de que el viaje en avión fue fletado por el Estado argentino, que los que iban en el avión eran funcionarios de este gobierno y del gobierno venezolano y que todos sabían qué estaba pasando. Y, la verdad, si no pasó nada no entiendo porqué echaron a funcionarios en ambos países.
Honestamente, antes que los chistes de D'Elía, prefiero al Gato de Verdaguer.
Por otra parte, se puede observar un notable doble standard al hablar del asunto. Numerosas organizaciones extrnajeras hacen regulares y sustantivos aportes a los partidos locales, no sólo en Argentina sino en toda la región, aunque por supuesto (ay!) de forma bastante más transparente. Y yo no vi a nadie que se rasgue las vestiduras por recibir aportes de la Konrad Adenauer o la Friederich Ebert.
Pero decir que esto es una gran conspiración internacional, que a la valija se la plantaron a CFK en la campaña o que hay "muchos indicios" de que Mr. Antonini Wilson es un agente de la CIA ya es mucho. Se me ocurre que hay muchos más indicios de que el viaje en avión fue fletado por el Estado argentino, que los que iban en el avión eran funcionarios de este gobierno y del gobierno venezolano y que todos sabían qué estaba pasando. Y, la verdad, si no pasó nada no entiendo porqué echaron a funcionarios en ambos países.
Honestamente, antes que los chistes de D'Elía, prefiero al Gato de Verdaguer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario