Algún tiempo atrás, aunque no demasiado, en los comments de un posteo que nada tenía que ver con este asunto, gracias a su implacable lógica binaria Zabalita prometía "brindar con champagne si [Chávez] pierde en el plebiscito". Y el Coronel levantó el guante:
Brindo porque la ciudadanía venezolana rechazó el proyecto de autoritarismo democrático que proponía la constitución plebiscitada. En El cielo por asalto, siguiendo la cara tradición de los Federalist Papers, consideramos que un poder sin límites deja de ser democrático, por más que haya sido elegido en los comicios más transparentes. Y el proyecto constitucional ayer enterrado se dirigía a la remoción de todos los checks & balances aun sobrevivientes en la plebiscitaria democracia venezolana.
Brindo porque, a pesar de todo lo que dice la derecha vernácula sobre Chávez, los venezolanos dieron una prueba prístina de que viven en democracia: no pocas definiciones procedimentalistas caracterizan a la democracia como el sistema político donde la oposición gana elecciones. Y esta elección fue sobre un tema relevante, clave diría, por lo cual no tiene punto de comparación con las que dejaba ganar en PRI en los '80 (elecciones locales).
Brindo porque, a pesar de que en este blog consideramos que no es un demócrata muy convencido, Chávez demostró ser un buen perdedor. Porque con todos los resortes del poder en sus manos, podía haber intentado una solución a la Schiaretti y no lo hizo. Y porque se diferenció de sus opositores, que denunciaron todo tipo de cosas cada vez que los votantes le dieron la espalda (que, hasta ayer, fueron todas).
Brindo porque las elecciones no fueron más que un referéndum constitucional y, en consecuencia, la oposición sigue mirando el partido por tele. Chávez, como los Castro brothers, no tiene mejor virtud que la calaña de sus opositores que, por decir lo menos, son una banda de impresentables dispuestos, tal como prueban los hechos de 2002, a derrotar al chavismo por fuera de las reglas.
En fin, el brindis prometido. Porque lo prometido es deuda.
Brindo porque la ciudadanía venezolana rechazó el proyecto de autoritarismo democrático que proponía la constitución plebiscitada. En El cielo por asalto, siguiendo la cara tradición de los Federalist Papers, consideramos que un poder sin límites deja de ser democrático, por más que haya sido elegido en los comicios más transparentes. Y el proyecto constitucional ayer enterrado se dirigía a la remoción de todos los checks & balances aun sobrevivientes en la plebiscitaria democracia venezolana.
Brindo porque, a pesar de todo lo que dice la derecha vernácula sobre Chávez, los venezolanos dieron una prueba prístina de que viven en democracia: no pocas definiciones procedimentalistas caracterizan a la democracia como el sistema político donde la oposición gana elecciones. Y esta elección fue sobre un tema relevante, clave diría, por lo cual no tiene punto de comparación con las que dejaba ganar en PRI en los '80 (elecciones locales).
Brindo porque, a pesar de que en este blog consideramos que no es un demócrata muy convencido, Chávez demostró ser un buen perdedor. Porque con todos los resortes del poder en sus manos, podía haber intentado una solución a la Schiaretti y no lo hizo. Y porque se diferenció de sus opositores, que denunciaron todo tipo de cosas cada vez que los votantes le dieron la espalda (que, hasta ayer, fueron todas).
Brindo porque las elecciones no fueron más que un referéndum constitucional y, en consecuencia, la oposición sigue mirando el partido por tele. Chávez, como los Castro brothers, no tiene mejor virtud que la calaña de sus opositores que, por decir lo menos, son una banda de impresentables dispuestos, tal como prueban los hechos de 2002, a derrotar al chavismo por fuera de las reglas.
En fin, el brindis prometido. Porque lo prometido es deuda.
4 comentarios:
Al final, y siempre salvando las distancias, parece que lo que ocurrió en Caracas el domingo por la noche fue bastante similar a lo que ocurrió 19 años atrás en Chile. No digo que Chávez sea un dictador ni nada por el estilo, aunque si digo que claramente ha dado pasos que van en una franca dirección autoritaria. Igual este no es mi punto. Simplemente, así como Stange (Carabineros), Merino (de la Marina) y Mattei (Fuerza Aérea) conminaron a Pinochet a aceptar el resultado del plebiscito, parece que en Caracas el domingo a la noche, fueron las Fuerzas Armadas las que también presionaron a Chávez para que aceptara lo que es un hecho.
Y yo, aunque detesto los artículos de Oppenheimmer (sobre todo los de los últimos tres años), sí creo que la diferencia debe haber sido mayor. De hecho, y en otro plebiscito sobre reforma constitucional pero dentro de la Argentina (el de Misiones) y en el que la diferencia fue aun mayor que la de Venezuela, el rumor es que la victoria del no a la reforma fue aun mayor (no me consta, y es un rumor del que tuve noticias pocos días después del referendum).
Así que aunque me parece muy positivo que Chávez haya aceptado la derrota, ello no lo convierte en un demócrata convencido. Creo que su reacción posterior al reconocimiento de la derrota, lo muestra a las claras.
Devoluciones, una por una, a lo Nadal:
a.) Por más que tires ese "y siempre salvando las distancias", estás comparando a Chavez con Pinochet, lo que ya no es comparar peras y manzanas, sino un reactor nuclear con la glándula pituitaria. Es decir, cualquier cosa.
(Reconozco que en ese punto hubiera sido razonable dejar de leer el comentario, dado el daño inmenso que sufrió su credibilidad, pero seguí; el Coronel es magnánimo)
b.) En este blog hemos manifestado preocupación por algunos giros de autoritarismo democrático en el chavismo, pero eso no significa que vamos a comprarnos el discurso sobre "la preocupante situación de la democracia venezolana" de la derecha sin procesarlo un poquito.
Además, eso no sólo te lo digo yo, sino mirá lo que te responde acá
Adam Przeworski: es muy difícil idear medidas satisfactorias sobre la calidad de la democracia; y uno debe ser muy cuidadoso. [...] Uno debe ser muy cuidadoso porque esta frase, "la calidad de la democracia", se está convirtiendo en un instrumento geopolítico del gobierno norteamericano y de las instituciones financieras internacionales, que es usado para impulsar una agenda política e institucional en varios países. En este sentido, existe una explosión de intentos para probar y calificar "un buen gobierno". Durísimo.
c.) Por supuesto que es posible que las FFAA hayan presionado a Chávez para que reconozca su derrota, no lo sé. Pero eso no cambia el hecho fundamental: lo hizo. Y fue un buen perdedor, o cuando menos tan buen perdedor como las reglas exigen. La democracia se trata de reglas y no de modales.
(Además, después de despacharte varias veces eso de que hay que prestar atención a la esencia del acto y no a las convicciones del agente, creo que detenerte en este punto bordea la incoherencia)
d.) Y sí eso de "su reacción posterior al reconocimiento de la derrota" se trata de su promesa de encontrar nuevas vías para aprobar la reforma, tengo dos respuestas en dos niveles diferentes. En cuanto al contenido, sólo digo que espero que vuelva a perder, porque en este blog tenemos muchas críticas sobre el fondo del "proyecto" de reforma. Por otro lado, el hecho procedimental en sí (léase, repetir la consulta) no es demasiado cuestionable en la medida que no implique violar reglas: las blancas y requetecivilizadas y requetebien puntuadas por Freedom House democracias irlandesa y danesa (por ejemplo) repitieron referéndums para aprobar acuerdos de integración a nivel europeo; en cuanto ganaron uno, cerraron la discusión y se olvidaron de los "no"s anteriores.
Por último, digo que sobre rumores, sean de Misiones o de Venezuela, no respondo, porque sería darle entidad a declaraciones anónimas irremediablemente maliciosas. Y a las acusaciones anónimas acá no respondemos, porque para decir las cosas hay que dar la cara. O no, Zabalita?
Mis disculpas pero dejé de leer en el segundo párrafo a la altura de la magnanimidad. Demasiada soberbia para mi gusto, y ultimamente mi tolerancia hacia la soberbia (la mía y la de los demás) está a la baja
Tápese los oidos. Cierre los ojos. A partir de ese instante, el mundo será tal como usted lo imagina. Nadie lo podrá desautorizar o discutir. El infierno son los otros.
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