domingo, agosto 10, 2008

La tribu de mi calle?


Me voy corriendo a ver
que escribe en mi pared
la tribu de mi calle.


Algunos días atrás, a partir de un diálogo que sería muy largo contar, un amigo me preguntó: "¿No sabés lo que es un Emo?". Y no, no tenía idea. Pero poco después me encontré con la nota de abajo, que me permitió entender un poco el tema.

Todo esto, primero, me recordó aquel tema gigante de los Redondos con el que abrimos el post; pero después me dejó pensando que me debo estar poniendo viejo porque estas cosas pasan completamente por debajo de mi radar. Hace mucho que uno no es un teen, pero la pregunta es en qué momento uno pierde contacto absoluto con ese universo; parece que a fines de los 20 y comienzos de los 30.

Ahora me queda flotando una nueva pregunta: cuando tenía 15 o 16, ¿yo también era tan pero tan pelotudo? Mi conjetura actual es que sí, pero que no lo notaba. Pero no sé. Estoy tentado de recurrir a esas expresiones de mis viejos sobre la juventud de hoy pero eso envuelve, implícita o explícitamente, cierta ponderación (o, cuando menos, indulgencia) con la juventud de ayer y yo no quiero ser auto-indulgente.

Reflexiones de un domingo en que vuelve el fútbol, mientras esperamos que lleguen las 18.40 y el cuervo salte a la verde gramilla del Gasómetro.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mire Coronel, por el momento nuestras tribus (emos, floggers y demás) son bastante inofensivas. Salames, pero inofensivos. Yo tiemblo de pensar en el momento en que lleguen las maras a este cono sur... me imagino que es sólo una cuestión de tiempo.

Yo no creo que todos los adolescentes sean "pelotudos", Coronel. Usted se pregunta si habrá sido "igual de pelotudo" y yo le contesto que no necesariamente (porque no lo conocía, claro, y ahora tampoco) pero ser adolescente no es lo mismo que ser un gil.
La pregunta es si ser emo te convierte automáticamente en gil. Es cierto que visto desde los veintipico parece una bobada, pero mi toga académica me exige dejar el juicio personal de lado y averiguar qué se esconde detrás de ese flequillo tímido y la ropa negra.
Bah, ni yo me lo creo. La verdad me cuesta imaginar algo más estúpido que unirse a una de esas tribus -- algo anda mal si existe tal desesperación por pertenecer. Saludos domingueros, Coronel, gracias por darle un descanso a Bombita hoy :)

Aureliano Buendía dijo...

No digo que sean peligrosas; a lo muchos son peligrosas para sus propios miembros pero no para terceros. Pero me llama la atención varias cosas en todo esto.

Lo primero (que fue lo que motivó el post) es que por primera vez me siento un poco como si fuera uno de mis viejos, enterándose de estas cosas porque salen en la tv. (que significa que ya lo saben hasta la gilada) Y me quedé pensando en mi desconexión con ese universo ahora a todas luces remoto.

Ahora, usted sabe que la ciencia social avalorativa no existe (y, más aún, ya casi nadie cree que sea un proyecto posible), por lo cual la "toga académica" no excluya cierto "juicio personal". Pero en este caso mis herramientas de cientista social se quedan absortas ante estas cosas y nace entonces un "estos flacos son muy pelotudos" como única y algo impotente respuesta.

Por lo de las maras no se preocupe; como para conseguir un celular van a tener que registrar huellas y domicilio, verán muy mermada su capacidad operativa y el problema se solucionaría en un periquete.

Anónimo dijo...

Coronel, frases como "en un periquete" no colaboran con su preocupación generacional. "Al toque" sería más adecuado.

Con respecto a la objetividad de la ciencia, no; nadie pretende ser objetivo sino, al mejor estilo Malinowsky, adentrarse en el fenómeno a contracorriente de los propios juicios. ¿Se ve? Pero, tal como a usted, el fenómeno me supera. (Por suerte tenemos sobredosis de sociólogos en este país, con lo cual calculo que alguno se ocupará del asunto...)

Ahora, que sean peligrosas para sus miembros significa que cuanto más adeptos gane cada tribu, mayor es el "peligro" que "amenaza" a la sociedad... matemática pura, dotor. Ja, imagínese un país con minorías importantes tipo "emo", "flogger"... cómo votarán estos muchachos? Votarán? Diosanto. Por suerte es un escenario improbable.

Aureliano Buendía dijo...

Esa es una buena reflexión: ¿los emos y los floggers constituyen un cluster electoral? ¿habrá una especie de Juan Perón de los emos que los movilice y active ese clivaje social?

Mire: algunos ya dicen que los Emos serían peronistas...

Anónimo dijo...

Mire, seguramente ya existan unidades básicas inundadas de floggers y de emos.
Si hasta ya tienen su organización gay: "Putos Peronistas". Lo juro, se autodenominan así. ¿Por qué no habría una para emos?