Macri sigue con sus dudas existenciales. Las candidaturas para las legislativas de octubre no sólo siguen sin definirse, sino que más importante aún sigue siendo un misterio cuáles serán los mecanismos para resolverlas. Y ahora Joaquín opera en favor de su candidatura presidencial, un poco para meter presión al gobierno. No obstante, lo más probable es que en Palacio ni se mosqueen y sólo meta más confusión en el ya muy desorganizado campo opositor.
López Murphy tiene menos dudas, pero también menos votos y está a la búsqueda de encontrar el mejor momento para renunciar a su candidatura. No obstante, esto no va a ocurrir salvo que su renunciamiento se enmarque en la conformación de una coalición más amplia. Difícil, difícil.
¿Carrió? No se sabe ni dónde está, pero Artemio en su tómobla sigue ubicándola como el liderazgo opositor mejor posicionado, aunque lejos, muuuuy lejos como para inquietar a alguien.
Lavagna lanzó su candidatura bajo los auspicios de la Pacha Mama y, tal como pronosticó Zabalita, cargó contra todos sus pares opositores. Sin embargo, más que la inspiración de la Pacha Mama, a Lavagna le hubiera servido apostar a una concertación con los sectores más cercanos, siguiendo una estrategia de construcción a largo plazo. La fragmentación opositora mina por completo sus oportunidades para octubre; ya nadie recuerda los días cuando era la gran esperanza blanca.
El Grupo Mausoleo tiene menos dudas: Menem como candidato a gobernador, Sobisch como candidato a presidente y la nueva política de para bienes. Si el lector me permite, debo reconocerles cierta honestidad intelectual: son impresentables y no lo ocultan.
Cada vez tengo menos dudas que lo mejor que tiene CFK son sus oponentes.
López Murphy tiene menos dudas, pero también menos votos y está a la búsqueda de encontrar el mejor momento para renunciar a su candidatura. No obstante, esto no va a ocurrir salvo que su renunciamiento se enmarque en la conformación de una coalición más amplia. Difícil, difícil.
¿Carrió? No se sabe ni dónde está, pero Artemio en su tómobla sigue ubicándola como el liderazgo opositor mejor posicionado, aunque lejos, muuuuy lejos como para inquietar a alguien.
Lavagna lanzó su candidatura bajo los auspicios de la Pacha Mama y, tal como pronosticó Zabalita, cargó contra todos sus pares opositores. Sin embargo, más que la inspiración de la Pacha Mama, a Lavagna le hubiera servido apostar a una concertación con los sectores más cercanos, siguiendo una estrategia de construcción a largo plazo. La fragmentación opositora mina por completo sus oportunidades para octubre; ya nadie recuerda los días cuando era la gran esperanza blanca.
El Grupo Mausoleo tiene menos dudas: Menem como candidato a gobernador, Sobisch como candidato a presidente y la nueva política de para bienes. Si el lector me permite, debo reconocerles cierta honestidad intelectual: son impresentables y no lo ocultan.
Cada vez tengo menos dudas que lo mejor que tiene CFK son sus oponentes.
3 comentarios:
Agradezco el elogio a mi capacidad predictiva. Estoy pensando en dejar el análisis político y dedicarme al tarotismo. Quien sabe? Tal vez me de mejores resultados...
Y sí, la oposición está más perdida que perro en cancha de bochas como diría mi padre. Añadiría que hoy por hoy está más al pedo que concha de mula, pero queda feo...
Y bueno, gozaremos de cuatro años más para dar el batacazo en 2011.
A mi me llama mucho la atención el movimiento pendular de los que trabajan en el "espacio" lavagnista.
Van del optimismo demencial, rozando la idea de que con un poco más de frío y sin lluvias al gobierno se lo cojen de parado, y al minuto pasan a una sucesión de muecas ante la mención del mes de octubre... te defienden a muerte que la apuesta de Roberto es de largo plazo pero no tienen muy en claro cómo son los meses que viene.
Si este es supuestamente el candidato fuerte (de los lanzados) yo diría que la guita de la campaña la ahorren y la destinen a algún nuevo subsidio o fideicomiso piola.
Al paso que va la cosa, esperar el 2011 puede ser un escenario optimista, salvo que explote todo. Y sé Zabalita que usted no es de los que piensan cuanto peor, mejor.
Lo que más sorprende de todo esto es la escasa o nula reflexión de la dirigencia opositora sobre las condiciones de sustentabilidad de una eventual coalición. Algunos intentan sacar alguna ventaja en la confusión general, haciendo la menor cantidad de concesiones posible. Otros parecen creer que sentar varias figuras en una mesa y repartir los lugares en las boletas es suficiente. Y también están los que no se juntan con nadie, porque son demasiado puros para ensuciarse.
Sin embargo nadie parece recordar que el día después de la victoria toca gobernar y cualquier alquimia electoral condiciona la sustentabilidad del propio gobierno. Una coalición, para tener oportunidades de funcionar, debe ser operativa tanto en el momento electoral como en el momento de gobernar. No tener esto en cuenta es repetir los errores de la Alianza.
Creo que lo mejor que pueden hacer algunos dirigentes opositores es intentar construir poder en estos cuatro años (bancas, cargos ejecutivos a nivel local) y hacer una seria reflexión sobre ingeniería coalicional. Y está claro que por seria reflexión no me refiero a una Photo Opportunity como usualmente ocurre.
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