sábado, febrero 16, 2008

Ramón, te damos una mano



El debate entre escuelas futbolísticas se parece mucho a la descripción hecha por Almond de la ciencia política como mesas separadas. Con escaso contacto entre ellas, en cada mesa se establece un diálogo completamente independiente de lo que se habla en las demás, al punto que, con el paso del tiempo, cada mesa incluso establecerá su propia jerga, sus propios métodos de valoración de los hechos, etc. etc. En este blog creemos que la discusión táctica constituye un aporte sustantivo al desempeño de un equipo (motivo por el cual el Coronel jamás se sentará en la mesa del paganismo, que considera mucho más importante poner unas tiras de asado y unos choris al fuego y abrir unos vinos) y como estamos muy preocupados por esto y esto, vamos a hacer un aporte medido, con ideas futbolísticas, antes que desde la cabecera Este empiecen a pedir que pongan a los pibes.

Desde el inicio de la pretemporada, Ramón coquetea con un dibujo táctico parecido al primero (izquierda) de los tres presentados arriba. La idea es poblar el centro del terreno y desde allí controlar el juego, pero apostando a un medio capaz de salir rápidamente en ataque. Un dibujo similar utiliza por estos días el Real Madrid, con una salvedad que quizás Ramón debería tener en cuenta: nosotros no tenemos los mismos jugadores. Schuster, más allá de las rotaciones, alinea a Diarrá y Sneijder o Guti en el medio; delante de ellos a Robinho, Baptista o Robben y Raúl; y deja sólo a Van Nistelrooy. Y cada vez que ataca el Madrid, su único centro-delantero llega bien rodeado, acompañado de jugadores rápidos y de buen pie.

En estos partidos, sin embargo, el dibujo táctico terminó pareciéndose más al segundo (centro) donde los volantes laterales terminaron metidos en la mitad de la cancha, sin llegada, sin acompañar al pobre Silvera, que terminó solo, corriendo inútilmente contra toda una defensa. Jugando de esta forma, la oportunidad de convertir se reduce a una pelota parada o a un error defensivo del contrario, por no decir nada de lo aburrido que es ver un partido así.

Sin embargo, en el arranque del segundo tiempo de hoy, el equipo se pareció más al dibujo al que Ramón debería apuntar, aunque por supuesto con mucho terreno por recorrer. Tal como se ve en el tercer esquema (que, Ramón querido, hasta te lo damos con los nombres puestos, para ahorrarte el esfuerzo), el equipo jugó con dos delanteros bien definidos, volantes que iban y venían por las bandas y un D'Alessandro que asumió el liderazgo futbolístico del equipo. Con la salvedad de que, en adelante, los delanteros deberían ser Romeo y Silvera; sí, dos tanques, nada de eso "uno por adentro y otro por afuera", que Bergessio asuma su rol de primer relevo y punto. De hecho, tal como hicieron acá con sus leyendas, a Romeo habría que firmarle un contrato de por vida.

Nota: Este chiste de armar los esquemitas de arriba tomó una cantidad de minutos desproporcionada a su potencial utilidad. Creo que será la primera y última vez que aquí hagamos algo así.

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