Ayer nomás Zabalita se quejaba que no pasaba nada de nada. Que la lectura de diarios era un pelotazo, un montón de noticias anodinas, nada que inspirara un posteo. Hoy, esta portada sacude a la escena política y da un nuevo giro a la mentada reorganización del peronismo.
Como desde hace cinco años, con muy pocas interrupciones, el gobierno maneja la agenda mientras la oposición lo sigue de atrás, lo marca mirando el número de la camiseta. La tapa de hoy, una vez más, prueba que nadie parece estar en condiciones de quitarle la iniciativa al kirchnerismo.
Tal como acá se ha dicho en ocasiones anteriores, el lavagnismo era una versión de kirchnerismo blanco, un poco más prolijo y más digerible entre los sectores medios. Por ese motivo no sorprende la alianza; aún con lo bastardeados que están los programas y las ideologías, ambos tienen grandes coincidencias programáticas y eso los acerca. Tras haber medido fuerzas en las elecciones de octubre, las oportunidades de un acuerdo se aclaran, porque se transparenta qué tiene cada uno (en especial Lavagna, claro) para ofrecer.
Otro tema. Hace un par de días decíamos que no nos explicábamos esta otra portada. Seguramente una y otra no tengan nada que ver. El Coronel está convencido que la redacción de Clarín no ofreció una cortina de humo el lunes pasado a cambio de la foto de la portada de hoy. No, seguramente no haya relación entre las tapas. Pucha, qué mal pensados son algunos...
Quiz dominical. Si ahora los radicales L son también radicales K, ¿qué parte del radicalismo resta pasarse a las filas peronistas? Más aún, ¿existe todavía el radicalismo?
Chau, hasta mañana, me voy a preparar unos mates.
Como desde hace cinco años, con muy pocas interrupciones, el gobierno maneja la agenda mientras la oposición lo sigue de atrás, lo marca mirando el número de la camiseta. La tapa de hoy, una vez más, prueba que nadie parece estar en condiciones de quitarle la iniciativa al kirchnerismo.
Tal como acá se ha dicho en ocasiones anteriores, el lavagnismo era una versión de kirchnerismo blanco, un poco más prolijo y más digerible entre los sectores medios. Por ese motivo no sorprende la alianza; aún con lo bastardeados que están los programas y las ideologías, ambos tienen grandes coincidencias programáticas y eso los acerca. Tras haber medido fuerzas en las elecciones de octubre, las oportunidades de un acuerdo se aclaran, porque se transparenta qué tiene cada uno (en especial Lavagna, claro) para ofrecer.
Otro tema. Hace un par de días decíamos que no nos explicábamos esta otra portada. Seguramente una y otra no tengan nada que ver. El Coronel está convencido que la redacción de Clarín no ofreció una cortina de humo el lunes pasado a cambio de la foto de la portada de hoy. No, seguramente no haya relación entre las tapas. Pucha, qué mal pensados son algunos...
Quiz dominical. Si ahora los radicales L son también radicales K, ¿qué parte del radicalismo resta pasarse a las filas peronistas? Más aún, ¿existe todavía el radicalismo?
Chau, hasta mañana, me voy a preparar unos mates.
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