miércoles, junio 13, 2007

Debatir o no Debatir: that is the question!

Mucho se ha hablado en estos días sobre la cuestionable decisión de Mauricio Macri de declinar su participación en el debate que, como en la primera vuelta, se llevaría a cabo en A dos voces (TN, miércoles a las 22hs.).

Primero. Los candidatos se deben a la ciudadanía y, por ese motivo, están sujetos a numerosas obligaciones (a veces escritas, en ocasiones no escritas) frente a su electorado. Por ese motivo, es lamentable que un candidato esconda el cuerpo al intercambio de ideas, tanto renunciando al debate, tal como finalmente ocurrió, pero también vaciándolo de contenido, tal como intentaron hacer sus operadores políticos (hasta que optaron por no participar). Es cierto que el kirchnerismo ha hecho lo indecible por embarrar la cancha, y hemos dado cuenta de ello en posteos anteriores, pero eso no es motivo suficiente para renunciar al debate.

Segundo. Más allá de todo el debate teórico que arrastra la noción de "representación", digamos que lo mínimo que uno espera de un candidato es que cumpla su palabra. Macri, antes de la primera vuelta, tomó el compromiso de volver a debatir antes del ballotage, pero ahora, mientras mira de reojo las encuestas, opta por bajarse. Y quiero enfatizar la palabra opta: el supuesto fundamental de la representación es que cumplir con la palabra no es una opción, la opción radica en cómo cumplirla.

Tercero. El costo político de no-debatir es, por cierto, poco claro. El impacto electoral de un debate en cable, a altas horas, mientras el grueso de los televidentes se están "matando" con GH o Bailando (o vaya a saber Dios qué cosa) por un sueño, es seguramente escaso. No cabe duda que el malestar del Grupo Clarín también puede ser relevante en caso de predisponer un giro en la amable línea editorial del último tiempo, pero esto es poco probable porque, en el caso de una victoria de Macri en el ballotage, la Jefatura de Gobierno será fuente de nuevas oportunidades de intercambio en el futuro próximo: en términos de teoría de juegos, no es lo mismo jugar un único Dilema del Prisionero que hacerlo indefinidas veces. La vida sigue el lunes 25.

Cuarto. La decisión de debatir hubiera sugerido que Macri no piensa sólo en el 24, sino que está dispuesto a construir su posición opositora con el largo plazo en la mira. Es decir, optó por evitar un costo en el corto plazo (la posibilidad de salir mal parado de cara a la segunda vuelta), en lugar de aprovechar la oportunidad para posicionarse como una figura de envergadura nacional, cuando falta sólo unos meses para una elección que no sólo va a elegir al próximo presidente (cosa que, ninguna duda cabe, será uno de los Kirchner), sino también diputados y senadores nacionales, gobernadores, legisladores provinciales, etc.

En suma, además de las no-menores implicancias sobre el mandato representativo de Macri, su opción por no-debatir es, una vez más, optar por un vecinalismo intrascendente, desinteresado por los principales temas de la política nacional. Significa aferrarse a la Jefatura de Gobierno. Alguien debería comentarle a Macri que la política es más que una gran reunión de consorcio.

2 comentarios:

Zabalita dijo...

Totalmente de acuerdo, pero lo que pasa es que Mauricio es la nueva política que se preocupa por 'la gestión' con el objetivo de 'solucionar los problemas de la gente'.

Las ideologías son cosas del pasado. Acá nadie viene a plantear una oposición al gobierno. Si lo que Mauricio quiere es reducir el crimen, llenar los baches, mejorar la recolección de basura, etc.

Digan que del otro lado hay poco y nada eh!

Aureliano Buendía dijo...

Comparto: Filmus es tan buen candidato como podría serlo un muñeco de paja.