Vivimos inmersos en la profunda noche de los tiempos. Y en la noche se esconden nuestros verdugos, que nos acechan sin descanso. A veces una luz en la oscuridad sugiere el cambio, pero no hay peor error que confundir el resplandor de una hoguera con el amanecer.
Dos, tres, muchas hogueras deberán arder para que la noche acabe. Sobrevivimos en esta amarga noche gracias a la certeza de que prender las hogueras depende de nuestra propia mano; y sólo gracias a esa certeza es que empuñamos nuestras armas, que no son otras que nuestras ideas.
La praxis nos hará libres. Y porque el futuro depende de nosotros, la historia sólo puede parir el amanecer que ponga fin a la noche. Nosotros lo sabemos y "ellos" saben que lo sabemos.
Por eso nos acechan. Antes intentaron hacernos desaparecer, agazapados hoy esperan su oportunidad de repetir el intento. Por supuesto: "ellos" no han cambiado, son los mismos de siempre, sólo están a la espera de una oportunidad. La aniquilación del otro su único recurso para mantenernos en la oscuridad.
Dice el mensaje a la Tricontinental:
¡Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Viet-Nam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su heroísmo cotidiano, con sus golpes repetidos al imperialismo, con la obligación que entraña para éste de dispersar sus fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo!
Y si todos fuéramos capaces de unirnos, para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún mas efectiva, ¡qué grande sería el futuro, y qué cercano!
Nuestras banderas siempre han sido las mismas: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Y también siempre han sido los mismos los recursos para intentar el asalto al poder: nuestras ideas, nuestra integridad y nuestro pecho para hacerle frente a las balas en esta lucha sin cuartel.
Llevaremos esta batalla hasta los más remotos rincones, no podrán vivir en paz. La historia está de nuestro lado.
Dos, tres, muchas hogueras deberán arder para que la noche acabe. Sobrevivimos en esta amarga noche gracias a la certeza de que prender las hogueras depende de nuestra propia mano; y sólo gracias a esa certeza es que empuñamos nuestras armas, que no son otras que nuestras ideas.
La praxis nos hará libres. Y porque el futuro depende de nosotros, la historia sólo puede parir el amanecer que ponga fin a la noche. Nosotros lo sabemos y "ellos" saben que lo sabemos.
Por eso nos acechan. Antes intentaron hacernos desaparecer, agazapados hoy esperan su oportunidad de repetir el intento. Por supuesto: "ellos" no han cambiado, son los mismos de siempre, sólo están a la espera de una oportunidad. La aniquilación del otro su único recurso para mantenernos en la oscuridad.
Dice el mensaje a la Tricontinental:
¡Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Viet-Nam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su heroísmo cotidiano, con sus golpes repetidos al imperialismo, con la obligación que entraña para éste de dispersar sus fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo!
Y si todos fuéramos capaces de unirnos, para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún mas efectiva, ¡qué grande sería el futuro, y qué cercano!
Nuestras banderas siempre han sido las mismas: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Y también siempre han sido los mismos los recursos para intentar el asalto al poder: nuestras ideas, nuestra integridad y nuestro pecho para hacerle frente a las balas en esta lucha sin cuartel.
Llevaremos esta batalla hasta los más remotos rincones, no podrán vivir en paz. La historia está de nuestro lado.
2 comentarios:
Me alegra mucho contar con un blog-aliado en esta causa. Saludo el surgimiento de este espacio, que no dudo, será otra 'trinchera' más en nuestra incansable guerra.
Zavalita querido, agradezco tu apoyo. Sólo digo una cosa: esta pelea recién comienza.
Publicar un comentario