La ministra de Derechos Humanos y Sociales porteña, Gabriela Cerruti, se reunió hoy con Néstor Kirchner y Daniel Filmus en la Casa de Gobierno para manifestar su apoyo a la candidatura del segundo, de cara al ballotage del domingo próximo.
Según relata La Nación, La funcionaria oficializó su respaldo al ministro de Educación de cara al ballottage durante una reunión que se desarrolló en el despacho presidencial de la Casa Rosada. Cerruti hizo entrega al jefe de Estado de un documento de su agrupación política, Nuevos Ayres, a través del cual explicitó su postura para la segunda vuelta.
Hasta aquí, la noticia. Ahora bien, esta situación naturalmente obliga a que uno se haga algunas preguntas, teniendo en cuenta cómo llegamos a este punto.
El campo progresista, signifique lo que esto signifique, se presentó dividido en la primera vuelta de las elecciones porteñas: compitieron dos candidatos a jefe de Gobierno (Filmus y Telerman), cada uno acompañado por dos boletas de legisladores. Y la ministra encabezó una de las listas de legisladores T. No hay que ser un votante muy informado para saber que el gobierno nacional hizo lo indecible para ensuciar las posibilidades del progresismo opositor, identificado principalmente bajo las figuras de Telerman y Carrió.
La reacción de Cerruti a los resultados es entendible en términos espaciales, digamos downsonianos, en la medida que apuesta por el candidato superviviente ideológicamente más afin. Sin embargo, poner al borde de la fractura al gobierno local, para apoyar la candidatura de un jugador abiertamente desleal, es ya más difícil de comprender.
En fin, paradojas del progresismo porteño.
Según relata La Nación, La funcionaria oficializó su respaldo al ministro de Educación de cara al ballottage durante una reunión que se desarrolló en el despacho presidencial de la Casa Rosada. Cerruti hizo entrega al jefe de Estado de un documento de su agrupación política, Nuevos Ayres, a través del cual explicitó su postura para la segunda vuelta.
Hasta aquí, la noticia. Ahora bien, esta situación naturalmente obliga a que uno se haga algunas preguntas, teniendo en cuenta cómo llegamos a este punto.
El campo progresista, signifique lo que esto signifique, se presentó dividido en la primera vuelta de las elecciones porteñas: compitieron dos candidatos a jefe de Gobierno (Filmus y Telerman), cada uno acompañado por dos boletas de legisladores. Y la ministra encabezó una de las listas de legisladores T. No hay que ser un votante muy informado para saber que el gobierno nacional hizo lo indecible para ensuciar las posibilidades del progresismo opositor, identificado principalmente bajo las figuras de Telerman y Carrió.
La reacción de Cerruti a los resultados es entendible en términos espaciales, digamos downsonianos, en la medida que apuesta por el candidato superviviente ideológicamente más afin. Sin embargo, poner al borde de la fractura al gobierno local, para apoyar la candidatura de un jugador abiertamente desleal, es ya más difícil de comprender.
En fin, paradojas del progresismo porteño.
1 comentario:
Se entiende fácilmente: Cerrutti es una trola hija de un gran puta que más que por ideas se mueve por instito de supervivencia frente al hundimiento del 'Eladia Isabel' (Titanic le quedaba demasiado grande) Telermanista. La mina se queda sin laburo y apuesta a ligar algún conchabo en el gobierno de Cristina. Más clarito echémosle agua
Publicar un comentario